viernes, 29 de marzo de 2013

Capítulo 21


Visenya



            Daemon yacía inconsciente sobre la cama del camarote. Habían logrado coser su herida una vez se replegaron en retirada. Había perdido mucha sangre y no sabían cuál sería su destino, ahora estaba en manos de los dioses.

martes, 26 de marzo de 2013

Capítulo 20


Rhaenys

         Habían pasado dos días desde la marcha de la flota. No habían tenido noticias aún. Los días en el campamento eran largos y tediosos. Sin nada que hacer salvo contemplar las construcciones, a los armeros, y el constante fluido de los soldados. Sin embargo ella no tenía nada que hacer.

lunes, 25 de marzo de 2013

Capítulo 19


Daemon




                 Los estaban repeliendo. No sabía cómo pero la flota de Lord Grafton los estaba machacando. Tan pronto como llegaron a las cercanías de Puerto Gaviota la flota de Lord Grafton los había estado esperando. Los superaban en número. Ese fue el primer indicativo de que la batalla no iba  a ser fácil. Sus estimaciones habían fallado, eran más de la cuenta.

domingo, 24 de marzo de 2013

Capítulo 18


Aegon

            Había recibido dos cartas en respuesta a la misiva de rendición que envió. Una era de Mariya Martell de Dorne, una vieja arrugada y marchita conocida como el Sapo Amarillo; y la segunda era del niño rey del Valle, Ronnel Arryn, aunque era su madre, Sharra Arryn la auténtica portadora de las palabras. Apretó los dientes. Ninguna de las dos cartas era en sí una rendición. En la primera Dorne le ofrecía gobernar como iguales al final de la conquista, y en la segunda, Sharra quería casarse con él y que Ronnel fuera su heredero.

sábado, 23 de marzo de 2013

Capítulo 17


El arquero

        
         El fuego lo rodeaba todo. El grito de los hombres. Tosió. No podía ver nada. Los ojos le escocían. No podía creer que esa bestia del inframundo pudiera existir. Había llegado como una exhalación y había convertido todo en un infierno. 

viernes, 22 de marzo de 2013

Capítulo 16


Visenya


            Habían dejado atrás Stokeworth y a un Lord arrodillado. Había sido tan sencillo como robar un caramelo a un niño. En cuanto Lord Stokeworth divisó a los dragones había abierto de par en par las puertas del castillo. Rió. Todavía recordaba esa cabeza rechoncha y rosada desencajada ante la visión de Vhagar y Meraxes.