Visenya
Orys se unió a su grito al alcanzar el éxtasis. “¡Por
los Dioses! “– Exclamó Orys aún debajo de ella. Visenya no pudo contener una
carcajada.
- ¿Te ha gustado? – dijo mordiéndose el labio con una sonrisa
picarona.
- Cabalgáis mejor que un Dothraki – dijo agarrándola por la
cintura.
- Por favor... yo monto dragones, no mansas yeguas – dijo – Y desde
luego también se montar ciervos – dijo revolviéndose la melena con las manos y
contoneándose de nuevo sobre él.