Aegon
Su
padre había muerto. No podía creerlo. Es cierto que últimamente había estado
más débil de lo normal, pero no lo había visto venir. Aegon miró de nuevo el
rostro de su padre…parecía solo dormido… Aerion yacía sobre su cama, con su
camisón de terciopelo negro y rojo y su espesa mata de pelo plateada bailando a
la luz del amanecer.
Se
limpió las lágrimas del rostro, un dragón no llora, un dragón no se compadece,
pero era su padre…el único que tendría jamás y ahora estaba muerto. Si bien es
cierto que habían tenido sus más y sus menos, lo quería con todo su corazón y
¿ahora se daba cuenta? …demasiado tarde… Miró por última vez el rostro de su padre
y se dispuso a salir de la habitación, había mucho que hacer: debía hablar con las
sacerdotisas para preparar el entierro cuanto antes, sino el cadáver…
Le
hubiese gustado que su hermana Rhaenys estuviese, ya le había enviado un
cuervo, pero el viaje a través del Mar Angosto tardaba un mes y no podía postergar
tanto lo inevitable; además debía preparar la coronación, ahora él asumiría el
control de la isla y de su linaje.
Debía
hablar con Visenya, según la costumbre Targaryen, debía tomar a su hermana como esposa para
mantener la pureza de la sangre. Visenya era… ¿Cómo podía describirla?
…peligrosa…letal…y seductora. Recordaba aquella vez hace un par de años en la
que la había descubierto bañándose en la orilla sudeste de la isla, su piel
bronceada, su pelo plateado cayendo por su espalda desnuda…su sonrisa picarona
al descubrirlo mirando. Aegon rió por lo bajo. Tenía veinte años y todavía no
había visto a mujer más seductora, ni que besase tan bien; sus labios duros y
sensuales lo hacían estremecerse. Por
fin bajó el último tramo de escaleras de la torre de su padre y entró en el
gran salón principal.
- Myrcell – llamó a uno de sus guardias. El soldado se
adelantó, hincando una rodilla en el suelo.
- Dile a Ser Orys que se presente en
el salón del consejo inmediatamente y ordena a Lainet la sacerdotisa que
comience con los preparativos.
- - Si su majestad - Se levantó raudo a cumplir sus órdenes. “Su
majestad”, le gustaba como sonaba.
Tardarían
un par de horas en encontrar a su amigo Orys, seguramente estaría en algún
burdel del puerto, tenía tiempo para hablar primero con su hermana.
Giró
a la derecha y subió los escalones de dos en dos hacía la alcoba de su hermana.
No la había visto desde que se enterara de la muerte de su padre, no lo había
ido a ver. Tocó fuerte a la puerta.
- - Pasa – dijo una voz desde el interior. Cruzó el umbral.
La
habitación estaba fuertemente iluminada, con la luz del amanecer entrando por
el gran balcón y su hermana estaba aún en camisón recostada sobre la cama.
- - ¿Te has enterado?¿verdad?- le gritó a su hermana. Ella levantó
la ceja derecha en un gesto de desaire.
-
- Claro que me he enterado, ¿crees que estoy sorda?- dijo
mientras se sentaba.
- - Pues no lo parece, ¿acaso no te da vergüenza no haberte
presentado al lecho de tu padre?- dijo sentándose junto a ella.
Ella
situó una mano sobre su muslo y se acercó para susurrarle al oído… - Creí que
habías venido a decirme otra cosa, no para echarme el sermón, hermanito - Su
mano subió…- No
pudo evitar sonreír. Sabía que no podía resistirse a sus
encantos.
- - ¿Quieres casarte
conmigo?- dijo sonriéndole. Ella le plantó un beso por respuesta y él no pudo
hacer otra cosa que responder. – Supongo que es un sí – dijo con la voz
entrecortada- Visenya... – suspiró, agarrándola de los hombros y lanzándola
sobre la cama. Se disponía a desabrocharse el cinturón cuando ella posó sus
manos sobre su pecho, refrenándolo.
- - Aún no- dijo empujándolo débilmente y levantándose dignamente
de la cama – Ya sabes que quiero llegar virgen al matrimonio.
- - ¡¿Virgen?! – soltó una carcajada – ¡¡no me hagas reír!! Eres tan virgen como yo- Se levantó y la siguió hasta el balcón, donde la
abrazó por la espalda.
- - ¿Por qué me dejas siempre con éste desazón? ¿Acaso quieres
verme sufrir?- dijo besándole la oreja.
-
- Enfunda tu espada hermanito, hoy no habrá batalla – dijo en
tono burlón – Tendrás que esperar a la noche de bodas. Se separó de él y se
dirigió al vestidor – Será mejor que salgas, debo cambiarme para ver a mi
padre.
- - Está bien – dijo – se dio la vuelta y salió de la habitación.
Como
podía pensar en ahogar sus pasiones precisamente en este día, tal era el efecto
que ella provocaba en él. Se sentía como a un crío frente a ella, un crío
incapaz de controlar sus impulsos. Se dirigió a los nidos, necesita volar un
rato para despejarse.
Volaba.
La mejor sensación del mundo, ni siquiera su hermana podía igualar esa
sensación. Subido encima de Balerion se sentía el rey del mundo, y algún día lo
sería, no se conformaría con ser el señor de un pedrusco en el mar, y Poniente
se presentaba listo para la conquista. Sería tan fácil llamar a sus señores e
iniciar la conquista. Su padre había sido demasiado cobarde, y su padre antes
de él, y en general sus antepasados durante cien años. Cien años de cobardía,
confinados en una isla que no podía competir con el esplendor de su estirpe.
Cien
años habían pasado desde la Maldición de Valyria, el detonante de su
decadencia. Millones de personas murieron en aquel fatídico día. Se le ponían
los pelos de punta solo con intentar imaginarlo. Desechó las ideas con una
sacudida de cabeza y continúo disfrutando de su vuelo.
Vaya primer capítulo, me puse a checar un poquito de referencias porque no tenía mucha idea de Aegon, entonces no se sabe mucho del pasado de los Targaryen, razón de más para explayarte con esta historia amiga, pues impactante los hermanitos cariñosos, era de esperarse que quisieran mantener la estirpe, pero no deja de llamar la atención la manera tan seductora de relacionarse, pues parece inevitable el matrimonio ahora que el rey ha muerto, me parece fascinante que vuelen en dragones como vehículos de transporte, espero con ansias el siguiente capítulo, pero se que nos harás sufrir un rato con eso jaja, besitos Kahlan y hacia adelante. ^^ Hamty.
ResponderEliminarSí, no se sabe mucho, así que yo he tirado un poco de la imaginación, y bueno se nota "cariño" entre ellos jaja, pero todo se volverá aún más loco xD
ResponderEliminarYo si tuviera un dragón me montaría todo el rato, así que...xD
Muchas gracias por tu apoyo ;)
genial el capitulo. no me podia esperar menos de tí. Tienes una imaginación maravillosa y escribes muy bien. Esto no se puede quedar solo aki, debes ir a más. Vaya dos hermanitos . Adelante!!!!!!!
ResponderEliminarmuchas gracias Encarna jeje se va a liar aún más jeje :)
Eliminar¡Vaya primer capítulo! :) Ahora mismo ya sabes que ando leyendo CDHYF pero poco sabía sobre la historia de Aegon y me está gustando cómo dejas volar tu imaginación sobre este personaje del que sabemos bien poco. ¡Qué tensión además con su hermana Visenya! Me muero por seguir leyendo los siguientes capítulos... Un beso Kahlan, y a seguir así!! ;)
ResponderEliminarjeje ;) precisamente por eso quería escribir sobre él, porque no se sabe mucho y siempre me ha fascinado Aegon jeje :)
EliminarSiento ir tan lenta en la lectura, pero aquí estoy!, disfrutando de esta introducción que me ha dejado con ganas de seguir leyendo... "Un dragón no llora"... creo que se las vas a hacer pasar canutas! ;)me encanta la facilidad con la fluye la historia, tu manera de describir las emociones y los personajes, enhorabuena y seguiré por aquí porque ¡mola!, y lo que vais a conseguir entre tú y algún pajarito más es que no me quede más remedio que leerme la pila tochos de la saga...
ResponderEliminarGracias por tan buen trabajo!,besos!
muchas gracias :) jeje me alegro de que te haya cautivado la historia jeje :)a Aegon le esperan muchas cosas xD
EliminarTu Visenya mola! :D Me vas a hacer seguir leyendo los demás capítulos
ResponderEliminar¡¡Muchas gracias!! ^^
EliminarMe ha gustado mucho releerlo y verlo con un matiz distinto. Cersei hubiera sido normal en esta familia, jajaja. Me encanta xD
ResponderEliminarCristina
Gracias por comentarlo. ^^ Espero que te siga gustando.
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