Visenya
Se
dirigía hacía el altar, Aegon estaba esperándola, bajo un arco de flores. La
luz del atardecer arrancaba destellos dorados de su pelo, vestía la típica
túnica ceremonial, roja y negra, recogida en la cintura por un cinturón de oro.
También llevaba su espada de acero valyrio, Fuegoscuro. Por fin tendría lo que siempre había deseado, salvo por
un detalle…su hermana caminaba junto a ella hacia el altar. Notaba la mirada y
los cuchicheos de los invitados. Jamás nadie había presenciado una boda como
aquella.
Siguieron
caminando, la gente se levantaba a su paso. Habían acudido personas importantes
tanto de Essos como de Poniente. Divisó a Argilac el Rey Tormenta; Harren
Hoare, Rey de las Islas del
Hierro y
de las Tierras de los
Ríos; Loren Lannister de la Roca. Sin embargo no localizó a Mern IX
Gardener
del Dominio, ni a Torrhen Stark, aunque sabía que estaban invitados. También había
señores menores de otras casas de Poniente. Sabía que su hermano no tenía en
estima a ninguno de aquellos reyes y señores, pero habría sido descortés no
invitarlos, y no podía permitirse romper el tratado de paz Targaryen –
Poniente, al menos por ahora. Sabía las ambiciones de conquista que albergaba
su hermano.
Llegaron
al altar, y su hermano las saludó con una pequeña inclinación de cabeza. La
ceremonia fue lenta y pesada, como todos los ritos religiosos valyrios. Unas
horas más tarde ya estaban casados y su hermano coronado, luciendo un aro de
acero valyrio con incrustaciones de piedras preciosas. Ellas a su vez, llevaban
un delgado aro dorado en sus cabezas.
Una
vez acabada la ceremonia pasaron al jardín donde se celebraría la cena. El
jardín estaba impresionante. Una docena de mesas lo cubrían. Los manteles y
candelabros plateados, contrastaban con el rojo y negro de los estandartes. Se
sentaron en una de las mesas centrales, ella a la derecha de Aegon y Rhaenys a
la izquierda. Los reyes de Poniente con sus esposas completaban la mesa.
Fue
una cena tensa, para que engañarse, ni
Aegon ni Rhaenys se habían dignado a dirigirle una sola mirada en toda la tarde
y menos iban a conversar ahora con ella. No es que le importase mucho, ella era
superior a esas nimiedades, así que se limitó a cenar y sonreír tímidamente
cuando alguno de aquellos payasos le hablaba ¡Qué asco le daban estos malditos
ponientis! Con su orgullo y su dignidad, con esos aires de superioridad…le
daban ganas de coger el cuchillo y clavárselo uno a uno en esos patéticos y
débiles corazones.
- Una cena fantástica – comentó Lord Lannister –… y una boda
para recordad – añadió con una sonrisa ladeada mientras las miraba a ambas.
- Sí, en efecto, la ceremonia ha sido conmovedora – dijo Lord
Argilac con una mueca burlona.
- Los Targaryen nos enorgullecemos de ser siempre recordados –
contestó secamente su hermano con una mirada fría.
- Ambos
señores se callaron, no sin antes dirigirse una mirada entre ellos.
Ser
Loren Lannister de Roca Casterly. Pensó mirándolo. Se decía que poseía más
dinero que todos los demás señores sentados en aquella mesa. Sin embargo, lo
que ella veía era un viejo, sin ningún ápice del porte de los Targaryen. Y Lord
Argilac, otro viejo prepotente. Odiaba que aquellos patéticos hombrecillos con
los bolsillos cargados de oro la mirasen por encima del hombro. ¡A ella! A una
dragona. Cerró los puños, crispada…Fuego y sangre, pensó…algún día fuego y
sangre…
- Este asado está delicioso – comentó Lord Harren, mientras se
chupaba los dedos manchados de sangre de cordero. El resto de comensales le
lanzaba miradas asqueadas.
Lord
Harren resultaba repulsivo. Tenía la piel cetrina, era delgado y tenía los ojos
inyectados de sangre. El pueblo comentaba que bebía sangre de sus enemigos para
fortalecer el espíritu y que por ello tenía los ojos del color de las entrañas.
Vestía siempre de negro por lo que se había ganado el sobrenombre de Harren el
Negro. En estos últimos años no dejaba de jactarse de la construcción de un
castillo tan sombrío como él, Harrenhal.
La
música, una vez acabada la cena, dio paso al baile. El honor de abrir el baile les
correspondía a los novios. Aegon se levantó y tomando a Rhaenys del brazo salió
a la pista de baile. Por supuesto pensó. Rhaenys, quién si no sería. ¿Pensaban
que se iba a quedar sentada dócilmente mientras él y la otra bailaban? Ja. Se
levantó y carraspeó sonoramente. Una multitud de miradas se dirigió hacia
ella.
- Me encanta esta canción – dijo con una voz dulce y melosa.
A los
cinco segundos siete caballeros la rodeaban. Eligió a su primo Daemon Velaryon
y se dirigió a la pista de baile.
Daemon
supo llevarla de maravilla por la pista de baile. Era un poco más bajo y más
joven que ella y pese a compartir parte de su sangre tenía el pelo de color
caoba y los ojos marrones. Era bastante atractivo. Además, parte de la vida que
había llevado como capitán de la flota Targaryen, le habían dejado la piel
curtida, que junto con la barba de dos días, le favorecían mucho. Daemon, era
hijo del hermano de su madre, y como los Targaryen, los Velaryon habían huido
de la maldición de Valyria.
Bailó
y bailó hasta que las piernas le dolieron. Multitud de caballeros pasaron por
sus brazos, Ser Orys incluido. Pero no Aegon. Él se había limitado a bailar
aquel primer baile con Rhaenys. El resto de la noche se la pasó conversando con
los invitados.
Era ya
entrada la noche cuando la música cesó. Aegon se levantó y con una mirada las
instó a que lo siguieran. Según la costumbre, los novios abandonaban el
banquete antes que los invitados, y se encaminaban a disfrutar de su lecho
nupcial. Esto sería divertido, pensó. La mojigata de su hermana estaba pálida.
Rió para sí ¿Se atrevería Aegon? Sonrió. Ella desde luego que sí.
Aegon
se dirigió a su alcoba. Empezaba a subir las escaleras con Visenya a su lado,
cuando Rhaenys se paró de repente.
- No…- logró musitar.
Aegon
bajó los peldaños que los separaban y sujetándola del brazo, subieron las
escaleras. Una vez dentro de la habitación. Aegon abrió las cortinas y dejó que
la brisa marina inundara la habitación. Se quitó la espada, la corona y las
botas. Se soltó la camisa y se sentó en el borde de la cama, mirándolas alternativamente
a las dos.
Bueno,
allá voy. Pensó. Se dirigió hacia la cama, se quitó el zapato y subió una
pierna encima de la cama. Se subió un poco la falda y comenzó a bajarse
lentamente las medias. Notó como su hermano se ponía tenso y como Rhaenys
enrojecía.
- Bueno, ¿quién empieza? – dijo terminando de bajarse las
medias y volviéndose hacía ellos.
Aegon
la miró fijamente con furia en sus ojos. Pero para su regocijo, bajo esa furia
comprobó como ardía su mirada. Recorría su cuello con la mirada hasta perderse
en la abertura de su vestido.
- Nadie – dijo sacudiendo la cabeza – Nada pasará aquí esta
noche, pero la tradición es la tradición. Y debían vernos entrar. Dentro de un
rato cuando los invitados se hayan marchado a dormir podréis volver a vuestras
habitaciones.
- O…podríamos tener una noche memorable – dijo Visenya,
sentándose a horcajadas sobre él.
Jaajajjaj que bueno se caso con las dos muy bueno el capítulo, que mala la vysenia ajajajajajaj no puedo esperar por el desenlace jajaajaj del siguiente capítulo jaajajaj soy mayte
ResponderEliminargracias por tu comentario Mayte :) ¿que pasará? jeje
Eliminarque vysenia va a hacer alguna de las suyas jajaajajaj besos guapa
Eliminarvaya boda!!! que pasará ahora?? creo que Aegon se las va a hacer pasar canutas.
ResponderEliminargracias por comentar wapa ;)
EliminarSi Aegon no quería caldo... ¡Dos tazas, jajaja!
ResponderEliminarjajaja pero aburrir no se va a aburrir desde luego xD
EliminarQue impresión jaja ni en mi sueños imaginé que pasaría eso, vaya forma de resolver las cosas amiga, ahora si no la vi venir, ese trío a ver que pasa ahora, con Visenya no tengo duda jaja se lanzará al ruedo pero la pobre Rhaenys, ella es más tímida, en cuanto al nuevo rey pues es hombre seguro disfrutará de las dos sin chistar, que lío, amiga hay algún precedente que nos indique que esto pasó o es todo producto de tu brillante imaginación, besitos Kahlan y felicidades que nos tienes emocionadas.
ResponderEliminarmuchas gracias :) La historia está basada de verdad en lo que Martin escribió, si que se casaron los 3; pero falta mucha información que yo he rellenado como me ha parecido :)
ResponderEliminarHola! He leído ya todos los capítulos y me han gustado! Nadie había escrito sobre los Targaryen,al menos no sobre Aegon,Visenya y Rhaenys! se sabe muy poco de ellos,espero que sigas escribiendo más!
ResponderEliminarPor cierto soy la que hace de Visenya en Twitter ;)
me alegro de que te guste :) Siempre me ha gustado la historia de ellos, y como no se sabe mucho, pues he decidido escribir esta historia :)
EliminarVaya vaya, ahora sí que se está poniendo super interesante la cosa, ¿no quería Aegon despertar al dragón? Pues ahora sí que lo ha despertado y no solamente al dragón... jajaja :P
ResponderEliminarMuy buen capítulo Kahlan, y me ha gustado ver que has hecho referencia a nombres de otros reyes, que ahora mismo no estoy segura de si aparecen en la saga o algunos también son producto de tu imaginación (yo es que ya me pierdo con tantos nombres xD)
A por el siguiente pues! :) Un saludo!!
Gracias por tus comentarios Vintage jeje, la dragona está hambrienta jajaj
EliminarTodos los personajes son de Martin, en algún momento de los libros se los nombra, pero muy poco. Otros han salido como adelanto de nueva información,por parte de Martin, ya que va a publicar próximamente la historia de Aegon :)
Hay algunos personajes inventados, un guarda, la sacerdotida, el curandero y otros de mayor relevancia , pero que aún no han salido :)
como lo haga con las dos a la vez o con una y la otra mire me da un pasmo, jajaja. Esta boda es de esas que no se olvidan en los Siete Reinos. ;)
ResponderEliminarCristina.
jajaja Aegon a dado que hablar desde luego con su boda jajaja. umm? se acostará con las 2?, veremos jajaja
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